domingo, 2 de mayo de 2010

SÔBER _ Sala Apolo _ 01.05.10

foto: Riccardo Cabbia

Y fue así que la noche acabó con el público rendido a los pies de los cuatro madrileños y repleta de ovaciones en secuencia para cada uno de ellos. Las premisas encajaban todas dentro de lo que son, a día de hoy, las reuniones de grupos que fueron grandes. Independientemente de la calidad de una gira, es evidente que el lado económico de un regreso de estas proporciones se erige como ganador gracias a la afluencia masiva de los espectadores en cada concierto. Las escisiones de algunos grupos musicales parecen transformarse en una garantía de éxito para futuras reuniones y representa el más efectivo de los planes de pensiones tanto en voga en estos momentos en las cajas de ahorros. Sôber, después de las dos horas de directo que ofrecieron, justifican su reunión no solamente con un estado de forma envidiable, sino con sus ganas, profesionalidad y su respeto hacia el público. En una sala Apolo que parecía un acerico sin sitio para otro alfiler más, Sôber dieron un repaso exaustivo a su carrera, proponiendo temas como “El hombre de hielo” de Reddo, “Sombras” como último single y “Eternidad”, de su aclamado “Paradysso”. Hubieron momentos emotivos como la dedicatoria a Alberto Madrid y a Big Simon (“Adiós”) y otros más experimentales como el solo de percusiones entre Carlos Escobedo y su nuevo batería Manu Reyes (de Savia). “Loco” cerró un concierto enérgico, impecable tanto a nivel de sonido como de espectáculo y, sobre todo, puso el broche de oro al regreso de Sôber a Barcelona. Una formación que merece respeto, aún más después de escuchar la última frase que dedicaron al público, su público: “Sin vosotros no estaríamos aquí”. Ídem.



sábado, 1 de mayo de 2010

ZENI GEVA _ Sala BeCool _ Atzavara Club _ 30.04.10

foto: Riccardo Cabbia

El árbol genealógico de la música, así como el humano, se basa en el mismo concepto y, posiblemente, en una cantidad de ramificaciones con una variable exponencial que puede en teoría ser infinita. El árbol puede ser ascendente y descendente y permite exponer los datos de un individuo de una forma sistemática y organizada, llegando a generar una sucesión llamada línea de sangre (masculina) o línea de ombligo (femenina). El árbol, además, permite crear un linaje aplicable también a los animales, a los idiomas y a los programas informáticos. Y, por supuesto, a la música. Así que, analizando sólo unos determinados estilos dentro de los infinitos que componen el mundo de los sonidos, comprobamos como combos de la talla de Mastodon, Cult of Luna, Isis y los grandes Neurosis tienen en común, sin lugar a dudas, el mismo núcleo y orígen.
Hablamos, como no, de Zeni Geva, o lo que es lo mismo, del gran KK Null. Personaje de valor indiscutible en el panorama musical mundial, auténtica leyenda en el underground noise, industrial y progressive, Mr. Null ha proporcionado a lo largo de su carrera más de cien discos a todos aquellos que buscaban algo nuevo y singular en un panorama en el que, como hace 23 años atrás, él sigue siendo único. La resurrección de Zeni Geva, cual fénix de las cenizas después de siete años de total inactividad, constituía un motivo de alegría sólo superado por el hecho de ver incluida Barcelona entre las ciudades que acogerían su directo. Y fue así que KK Null, Tabata y Yoshida se presentaron ante una audiencia –increiblemente poco numerosa- para deleitar a los asistentes con su fórmula inclasificable, aunque a mi lado una voz me hizo notar como parecían estar tocando jazz-metal.
Aquella noche una sensación de asistir a algo irrepetible fluctuó sobre nuestras cabezas, enmarcando un espectáculo increible, místico y perfecto en todos sus aspectos. Resulta muy fácil entender porqué gente del calibre de Jello Biafra, Steve Albini y Scott Kelly entre otros hayan hecho lo posible e imposible para colaborar con lo que era y sigue siendo un genio de la música.